Constantemente escuchamos que las personas queremos cambiar a los que nos rodean:
Los padres quieren que sus hijos sean diferentes... las parejas quieren que su contraparte cambie, queremos que en la calle la gente sea amable, aun a la gente que no conocemos queremos cambiarla.
La pregunta es ¿cómo puedo cambiar a esa persona? es posible cambiarla. La respuesta categórica es NO.
Cambiar a una persona implica que deje de ser quién es para convertirse en lo que queremos.... en muchas ocasiones psicologos y/o coaching te dicen que debes ser la mejor versión de ti mismo... y te dicen cuál es esa versión... ¿me estas cambiando quién soy?...
Nadie puede cambiar a una persona, de hecho muchos de nosotros acentuamos algunos rasgos de nuestra personalidad, racionalizandolos, antes eramos más explosivos, más enojones, con el tiempo y viendo que no nos da resultados, que perdemos amigos o echamos a perder situaciones de vida, empezamos a modificar esa tendencia y nos volvemos menos agresivos, menos contestatarios... ¿cambiamos? no, no cambiamos, modificamos las acciones.
Las abuelitas decían: "Genio y figura hasta la sepultura" y tenia mucha razón el refrán popular, las grandes bases de la personalidad se mantienen, y modificamos algunas acciones generalmente por experiencias que nos condujeron a cambios, porque otra gente nos diga cambia, no vamos a hacerlo, o porque nos digan que eso nos beneficiará, las modificaciones sustanciales a lo que somos serán alteradas por pleno convencimiento de cada persona y desde adentro, con motivación interna no externa, de hecho hay una resistencia a cambiar, cuando es impuesto.
Ahora usted, analice si cambiar de manera personal es bastante difícil, suponer que podemos cambiar a otro es una tarea titánica en la que nadie debe embarcarse porque solo acarrea frustración. Usted es dueño de su barco emocional, navegue con sabiduría y haga los giros que corresponden por su propio bien.