Un Satanista no cree en la existencia de Satanás de forma individual. Satán no es un ser real (antropomórfico) sino más bien un símbolo. En el Judaísmo, Satán no existe ni tampoco el Infierno. "Shaytan" es un opositor sencillamente. Si alguien contradijese a otro por la razón que fuese, ése es considerado un "Shaytan" en vista que Satán es un título no un ser. Al oponernos a todo lo que represente un alto a nuestras más altas convicciones humanas ya estamos empezando a practicar el Satanismo.
El término Lucifer es un título y es simbólico de alguien que resplandece. Su uso en la biblia judeo cristiana nos remonta a la historia del Rey de Babilonia y su caída como monarca. Lucifer no es un ser real. Preguntemonos qué hace la palabra latina "Lucis Phero" en un libro de corte hebreo, arameo y griego. El Rey fue llamado resplandeciente debido a la gloria de su imperio que fue capaz de desarrollarse hábilmente en las ciencias y en las letras.
No habla de ningún ángel que fue expulsado del Cielo. Al traducir el libro al latín, la Versión de la Vulgata, la mejor palabra que se le asemejaba a la hebrea era "Lucis Phero" o sea, el Portador de la Luz. Llegamos a la conclusión simbólica del título: Aquel que es capaz de iluminar a sus semejantes,