Habitualmente se acompaña el acto de la oración con alguna postura física, como el juntar las palmas de las manos, o mostrar las manos abiertas; el abrir los brazos en cruz; el mirar hacia el cielo, o bien bajar la mirada u ocultar el rostro entre las manos; el realizar movimientos en forma de vaivén; y la postración, como manera de humillarse en actitud ascética de conversión, como arrodillarse oinclinarse (en griego proskinesis). Existe una postura, procedente del budismo zen, adoptada por los monjes cristianos, llamada posición del diamante o postura carmelitana, en la que el orante se pone de rodillas, sentado sobre los talones, con las palmas de las manos abiertas, hacia arriba, sobre las rodillas, en actitud de recogimiento y acogida. Para este fin incluso se han diseñado objetos adecuados: los reclinatorios, en el catolicismo, y las alfombras de oración (Alfombra de Baluch), en el islam y el cristianismo copto.
La oración musulmana requiere un ritual de posturas muy codificado, que incluye la orientación hacia la Meca.
Ordinariamente, los judíos contemporáneos no se inclinan. Sin embargo, se inclinaron al recitar rezos, y en la actualidad mantienen un ritual de oración con vaivén frente al muro de las lamentaciones y los textos sagrados. Los etíopes modernos tienen la costumbre de la inclinación, probablemente debido a los judíos antiguos que emigraron a Etiopía en días antiguos. La inclinación etíope es similar a la inclinación japonesa.
La postura incómoda durante la oración o su larga duración puede considerarse una forma ligera de mortificación física, que en algunos casos se exterioriza en golpes; estos pueden ser simplemente estilizados (por ejemplo, el llevarse el puño al pecho al decir Por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa, del confiteor católico -yo, pecador-), o excepcionalmente ser reales. No obstante, estas auto-agresiones con fines religiosos no son tanto propias de la oración como de alguna forma de penitencia.
Tales explicaciones históricas nos llevan a otra pregunta. ¿Hay una forma correcta para orar?
Hay muchas posturas para la oración y no hay una postura correcta o incorrecta. La Biblia exhorta a los cristianos a orar sin cesar y eso requiere varias posturas para la oración – ¡nadie puede permanecer en solo una posición todo el día! Pero en la Biblia, podemos ver las varias posiciones de personas que oraban:
• Parados (Génesis 24:12-14)
• Alzando los brazos (1 Timoteo 2:8)
• Sentados (Juicios 20:26)
• Hincados (Marcos 1:40)
• Mirando hacia arriba (Juan 17:1)
• Postrándose (Éxodo 34:8)
• Poniendo la cabeza en medio de las rodillas (1 Reyes 18:42)
• Golpeando el pecho (Lucas 18:13)
• Mirando hacia el templo (Daniel 6:10)
• Alzando los brazos (1 Timoteo 2:8)
• Sentados (Juicios 20:26)
• Hincados (Marcos 1:40)
• Mirando hacia arriba (Juan 17:1)
• Postrándose (Éxodo 34:8)
• Poniendo la cabeza en medio de las rodillas (1 Reyes 18:42)
• Golpeando el pecho (Lucas 18:13)
• Mirando hacia el templo (Daniel 6:10)
En vez de posiciones externas, la Biblia enfatiza la postura del corazón. Si estas parado, sentado o acostado, lo importante es si tu corazón está postrado en sumisión al señorío de Cristo. La religión falsa pone mucha importancia en el comportamiento externo, mientras que el cristianismo verdadero se preocupa con el corazón. Y la verdadera oración es caracterizada por una actitud humilde ante Dios – no la postura física de una persona que ora.
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