Enero17

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martes, 20 de enero de 2015

Gracias Señor

Seamos siempre agradecidos.



Gracias, Señor, por esos labios cuyas palabras y sonrisas me alentaron, por esos oídos que me escucharon, por ese corazón de amistad, cariño y amor que me dieron.

Gracias, Señor, por el éxito que me estimuló, por la salud que me sostuvo, por la comodidad y diversión que me descansaron.

Gracias, Señor, … me cuesta trabajo decírtelo, … por la enfermedad, por el fracaso, por la desilusión, por el insulto y engaño, la injusticia y soledad por el fallecimiento del ser querido. Tú lo sabes, Señor cuán difícil es aceptarlo; quizá estuve a punto de la desesperación, pero ahora me doy cuenta de que todo esto me acerco más a Ti. ¡Tú sabes lo que hiciste!


Gracias, Señor, sobre todo por la fe que me has dado en Ti y en los hombres; por esa fe que se tambaleó, pero que Tú nunca dejaste de fortalecer, cuando tantas veces encorvado bajo el peso del desánimo, me hizo caminar en el sendero de la verdad, a pesar de la oscuridad.

Gracias, Señor, por el perdón que tantas veces debería haberte pedido, pero que por negligencia y orgullo he callado.

Gracias, Señor, por perdonar mis omisiones, descuidos y olvidos, mi orgullo y vanidad, mi necesidad y caprichos, mi silencio y mi excesiva locuacidad.

Gracias, Señor, por dispensar los prejuicios a mis hermanos, mi falta de alegría y entusiasmo, mi falta de fe y confianza en Ti, mi cobardía y mi temor en mi compromiso.

Gracias, Señor, porque me han perdonado y yo no he sabido perdonar con la misma generosidad.

Gracias, Señor, por indultar mi hipocresía y doblez, por esa apariencia que con tanto esmero cuido, pero que sé en el fondo no es más que engaño a mí mismo.

Gracias, Señor, por disculpar esos labios que no sonrieron, por esa palabra que callé y esas manos que no tendí y esa mirada que desvié, esos oídos que no presté, esa verdad que omití y ese corazón que no amé.

Gracias, Señor, por esa protección con que siempre me has preferido y te suplico muy encarecidamente por tu amor, disculpes mi silencio y cobardía.

Gracias, Señor, por todos lo que no te dan gracias, por los que no imploran de tu ayuda y por los que no te piden perdón, no abandones las obras de tus manos, y que llenes mi vida de esperanza y generosidad.

Señor Hágase tu voluntad y no la mía.

Un vídeo para que lo cantes.



domingo, 16 de febrero de 2014

Historia reflexiva: Agradecimiento.


Uno de los discípulos de Buda se estaba despidiendo de su maestro. 
El discípulo se llamaba Purnakashyapa. Le pregunto a Buda: a donde puedo ir a donde puedo llevar el mensajes?.
Buda le contesto: tú mismo puedes elegir a donde ir. Así que el le dijo iré a la provincia de Suka.
Buda dijo es mejor que cambies de tu elección porque la gente de esa provincia es muy cruel, violenta, dañina y nadie se ha atrevido a ir allí a enseñarle no violencia, amor, compasión.

Permíteme ir allí justo porque nadie ha ido y alguien tiene que ir.

Buda dijo: te haré tres preguntas antes de permitirte ir. Si la gente de esa provincia te insulta, te humilla, ¿Como te sentirás?

- Sentiré que son muy buenos si simplemente me insultan. 
Porque entonces no me están apaleando. Son buena gente, podrían haberme apaleado.

La segunda pregunta: si empiezan a apalearte ¿como te sentirás?

- Sentiré que son muy buena gente. Podrían haberme matado, pero simplemente me están apaleando.

Entonces Budas dijo: ahora la tercera pregunta: si realmente te matan y te asesinan, entonces en el momento en que te estés muriendo. ¿Como te sentirás?

- Me sentiré agradecido a ti y a ellos. Si me matan, me habrán liberado de una vida en la que tantos errores son posibles. Me habrán liberado, así que me sentiré agradecido.

Así es que Buda dijo: ahora puedes ir a cualquier parte. El mundo entero es el cielo para ti. Ahora no hay problema. El mundo es un cielo, así que puedes ir a cualquier parte.