Enero17

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lunes, 26 de agosto de 2013

Cuando la prosperidad no llega.

Pese a los esfuerzos realizados, a la actitud que le pones, sientes que haces de todo y la prosperidad no termina de llegar, si aun después de aprender tantas cosas sobre la ley de atracción, sigues sintiendo que tu prosperidad está bloqueada, te digo que estas en lo cierto. Por decirlo de alguna manera, estás sufriendo un “síndrome de bloqueo”, como dirían los psicólogos.

Ahora, si ya sabemos que la abundancia existe para todos, que Dios está de acuerdo en que la aceptes y la vivas en plenitud, que tienes dones para utilizar, que existen muchas posibilidades, que las condiciones están dadas, entonces ¿dónde está el problema? A estas alturas eso también lo sabes, el bloqueo está en ti. Tienes la mitad del camino avanzado cuando te das cuenta que ese bloqueo está en tu interior. Si aun sigues pensando que tu prosperidad depende de las condiciones externas, de la economía, de los estudios, de las personas que te rodean, tendrás que lograr comprender que eso no es verdad para que puedas pasar al siguiente paso y comenzar a investigar las verdaderas razones que te impiden prosperar.
Los bloqueos se sienten como algo que te está pesando, que te está impidiendo crecer, desarrollarte y expandirte en forma libre por la vida. Te sientes aplastado y atrapado. Esto puede generarte molestias físicas como ahogos, mareos, cansancio, fatiga, impaciencia, ansiedad, agitación y otras molestias que pueden ser aun más intensas y más fuertes como alzas de presión, varices, depresión y más. Todo depende del tiempo que llevas experimentado estas sensaciones. Estos síntomas hacen que tu rendimiento en general sea mermado, que te sientas de mal humor, que necesites dormir más de lo normal o que te sientas cansado por los desvelos por las noches. Este bajo nivel de energía y lucidez hace que las cosas no resulten bien en tu día, que se vuelvan aun más pesadas, que se complique la resolución de circunstancias habituales, que tengas dificultades para relacionarte, que rindas a medias en tu trabajo y que pierdas las oportunidades que están pasando delante de tus ojos a cada momento.
Cuando nos sentimos así, no vemos más que problemas por delante y las oportunidades no existen más que en teoría en los libros, para otras personas y muy lejos de nosotros.
Un bloqueo raramente es originado por una sola causal, generalmente se compone de muchas causales menores acumuladas en el tiempo. Nacimos sin estos inconvenientes, pero en la temprana educación que recibimos de nuestros padres, el colegio y la sociedad sumamos una infinidad de limitaciones que nos impiden la libre expresión de lo que somos. Aunque es muy liberador descubrir su exacto origen, a veces se hace casi imposible descubrirlo y no es imprescindible detectarlos individualmente. Todas las personas sufrimos bloqueos, no es algo raro y exclusivo que te está sucediendo solo a ti. Los grandes y exitosos personajes también los tienen, pero existe una inmensa diferencia entre lo que hace la persona triunfadora con su bloqueo, y lo que hace una persona que se deja vencer por él. Por lo tanto, lo más importante es qué hacemos con nuestros bloqueos.
En grandes líneas tienes tres alternativas: quedarte con el peso encima hasta tu muerte sin darte cuenta de que lo tienes, decir que no puedes progresar porque estas bloqueado o decidir sacártelo de encima para ser libre.
Liberar un bloqueo a veces parece muy difícil, pero si lo miramos desde más alto no lo es tanto. Lo primero que puedes hacer es tomar conciencia de que cargas con ese peso, que alguien te lo convidó (padres, profesores, etc.), que no te pertenece, que prefieres devolverlo y que comenzaras a disfrutar de tu liberación desde ahora en adelante.



Puedes hacerte consciente de lo que tienes postergado, por ejemplo: encontrar un trabajo, tener un mejor trabajo donde ganes más dinero, tener un poco de dinero para iniciar un nuevo negocio o para dedicarte a lo que más te gusta hacer, tener una casa propia y más. Piensa y siente dentro de ti lo que has deseado y la sensación de no poder tenerlo y la sensación de estar atrapado. Eleva tu mirada y observa las cadenas que te has dejado poner, reconoce que esos inconvenientes son tus propias energías estancadas que no has podido utilizar porque alguien te dijo que no eras digno para hacerlo. Agradece y dile a ese alguien que ahora sabes que estaba equivocado (aunque no sepas quien es esa persona). Visualiza que ahora eres libre para sentir dentro de ti el merecimiento de encontrar todo lo que necesitas y que te sientes feliz y exitoso. Desafía todo el peso que te ha detenido, dile que ya no existe para ti, conviértelo en polvo, abrázalo y atraviésalo. Visualízate libre de ese impedimento.
Atravesar un bloqueo es una de las acciones más atrevidas, intensas y poderosas que puede hacer un ser humano. Se requiere mucha energía para hacerlo. Debe ser algo así como cuando un cohete atraviesa la capa de la gravedad de la tierra o como cuando la oruga necesita romper su capullo para volar. Por eso muy pocas personas lo hacen. Una vez que atraviesas ese nivel, se siente mucha libertad y un alivio increíble. Tu mente se despejará y tendrá espacio para que lleguen nuevas e ingeniosas ideas. Tu vista se despejará y podrás ver un poco más allá de tu encierro. Muchas cosas se abrirán ante ti y te dirás: ¡que ciego estaba!, ¿cómo no se me ocurrió esto antes?
Recuerdo que cuando mi hija se instaló con un negocio vimos la necesidad de aumentar las ventas con productos preparados listos para consumir y pasó casi un año en que me diera cuenta de que el producto ideal era uno que yo pasaba a comprar habitualmente a otro negocio de regreso del trabajo a la casa. ¡Casi un año! Seguro que mi mente estaba ocupada pensando que era muy difícil encontrar un producto adecuado y por eso tuvo que pasar todo ese tiempo para descubrirlo. ¡Qué bloqueo!
También recuerdo que quería encontrar un trabajo que me diera más tiempo para escribir y tuvo que pasar mucho tiempo para comprender que podía sentarme a escribir ahora mismo y que esa acción me facilitaría abrir un negocio nuevo que me permitiría dejar mi trabajo anterior.
Muchas veces limitamos un deseo porque no creemos en nosotros ni en nuestros sueños por bloqueos internos adquiridos en la infancia. 
Al darnos cuenta de que el bloqueo es energético, que es superable, que es desprendible (no nacimos con él) y que es más pequeño que nosotros, estamos en condiciones de transmutarlo. Existen varias técnicas para hacerlo, pero el objetivo siempre consiste en verlo separado de nosotros aunque sea por unos segundos y de inmediato pasamos a otro plano de la realidad. Nada ni nadie te lo puede sacar, solo tú puedes hacerlo. Siéntate tranquilo en algún lugar y enfócate en la tarea.
Si aprendemos esto, podemos llegar a adorar nuestros bloqueos. Vamos a estar ansiosos por verlos y superarlos. Los amaremos por todo lo que nos pueden ayudar a avanzar.
Fuente: Abundanciainfinita.com de Patricia González