Perfume de esperanza
¿Será cierto que la Esperanza es el sueño
del hombre despierto como pensaba Aristóteles?
Quizás la Esperanza sea sólo el producto
de aquello que ignoramos y que, más bien,
la Desesperanza se base únicamente
en lo que ya sabemos.
¿Y si la Esperanza nos engaña
y sólo pretende ayudarnos a transitar
por un camino vestido de verde
una y otra vez hasta el final
de nuestros días?
Quizás deba imaginarme a la Esperanza
como a una bella flor
que despide un perfume
cargado de ilusiones y sueños pasajeros.
¿Y si la Esperanza fuera sólo un préstamo
que me entrega la Felicidad
cuando me ve desesperada
porque ella (la Felicidad) sabe muy bien
que el Temor está pisándome los talones?
Quizás la Esperanza esté reservada
sólo para los valientes....
Es que la Esperanza, al fin y al cabo,
no es que nos haga creer que no existan problemas,
sino, más bien, nos hace ver
que los problemas no son eternos, que las heridas
y decepciones se pueden curar
y que los problemas se pueden superar.
No podemos permitirnos perder el control
sobre nosotros mismos,
ni achicarnos ante la adversidad.
Conjugando los verbos "amar", "sufrir",
"equivocarse" e " intentar" (una y otra vez)
a través de nuestras vidas,
podemos dejar que la Esperanza
nos abra la puerta y nos permita
salir de la oscuridad hacia la luz.
Hoy, por lo pronto, te susurro al oído
mientras te tomo del brazo:
¡Bienvenida seas querida Esperanza!
Marisol