Según el Anuario de la Enciclopedia Británica de 1992, el bahaísmo es la segunda religión más extendida en el mundo entre las religiones independientes, de acuerdo al número de países en que se encuentra representada: está establecida en 247 países y territorios. Los bahaíes provienen de entre más de 2.100 grupos étnicos, raciales y tribales, y totalizan aproximadamente seis millones de fieles en el mundo. Los principales pasajes de los textos sagrados bahaíes se han traducido a 802 idiomas.
Mirzá Husayn-`Alí, a quien el Báb dio el título de Bahá'u'lláh (en árabe ‘gloria de Dios’), era un noble y uno de los primeros seguidores importantes del Báb. Fue arrestado y encarcelado en 1852 durante una gran persecución contra los babíes. En las mazmorras de Siahchal en Teherán, comenzó a concebir que era él la persona de que hablaban las profecías del Báb. Once años después, exiliado en Bagdad(entonces parte del Imperio otomano), anunció de manera formal su misión a su familia y a un pequeño grupo de seguidores.
La maquinación de las autoridades persas y otomanas fueron empujando a Bahá'u'lláh de exilio en exilio: de Bagdad a Estambul, luego a Edirne y finalmente a la colonia penal de Acre (actual Israel) en 1868. Bahá'u'lláh permaneció en Acre hasta su fallecimiento el 29 de mayo de 1892, tras cuarenta años de exilio y confinamiento. El bahaísmo considera su sepulcro en las afueras de la ciudad como el lugar más sagrado del mundo. Los fieles realizan sus plegarias cada día orientados en la dirección de ese lugar.
Orden Administrativo.
El Testamento y última voluntad de `Abdu'l-Bahá es el estatuto del orden administrativo bahaí. En este documento `Abdu'l-Bahá establece las instituciones gemelas de la Guardianía y la Casa Universal de Justicia. Asimismo designa a su nieto mayor, Shoghi Effendi, como guardián del bahaísmo. Gracias a las precisas instrucciones del Testamento y última voluntad, no se cuestionó la sucesión del liderazgo.
Como indican el testamento y la voluntad escrita de `Abdu'l-Bahá, los papeles desempeñados por la Guardianía y la Casa Universal de Justicia tenían que complementarse: la Guardiania debía cumplir labores de dirección e interpretación, mientras que la Casa Universal de Justicia está orientada hacia tareas legislativas. Ninguna de las dos debía actuar en las competencias de la otra. Al quedar vacante la Guardianía tras la muerte de Shoghi Effendi, la Casa Universal de Justicia asumió también las tareas de dirección y liderazgo de la comunidad internacional bahaí.
No existe clero en el bahaísmo. A nivel de base, las comunidades bahaíes se gobiernan por consejos de nueve miembros libremente elegidos llamados "asambleas espirituales locales". De igual modo, las "asambleas espirituales nacionales" dirigen y coordinan los asuntos de las comunidades bahaíes nacionales. El proceso electoral bahaí es único. No existen candidaturas ni campañas y el propósito es elegir a los miembros que posean en mayor grado las aptitudes espirituales que les permitan servir a la comunidad. Hombres y mujeres de más de 21 años pueden ser electores y ser elegidos miembros de las asambleas locales y nacionales. Sólo los hombres pueden llegar a ser miembros de la Casa Universal de Justicia.
Creencias espirituales de la Fe Bahá'í.
En la Historia, la llegada de un nuevo Mensajero de Dios representa un momento crucial de la humanidad. Cada Mensajero impulsa un renacimiento espiritual gracias al cual la persona se regenera y la sociedad logra avanzar. La revelación de Bahá'u'lláh y el resurgir espiritual que la acompaña resultan especialmente significativos al coincidir con la madurez de la humanidad.
Hay un solo Dios, Creador del Universo. A través de la Historia Dios se ha revelado a la humanidad a través de una serie de Mensajeros Divinos, cada uno de los cuales ha sido fundador de una gran religión. Entre ellos se encuentran Abraham, Krishna, Zoroastro, Moisés, Buda, Jesús, Muhammad. Esta sucesión de Maestros es el reflejo de un solo "plan divino" por el que a lo largo de la historia las personas han tenido conocimiento de su Creador y han desarrollado sus capacidades morales y espirituales. En este proceso la meta ha sido ir preparando a la humanidad para que alumbre una civilización global, única y en continuo progreso. Bahá'u'lláh es el último de los Mensajeros en revelarnos la voluntad de Dios.
Esto es en síntesis lo que Bahá'u'Iláh enseña sobre Dios, la religión y la humanidad. Los bahá'ís suelen expresar estas creencias remitiéndose sencillamente a la unidad de Dios, la unidad de la religión y la unidad de la humanidad. En efecto, la unidad es el tema en el que se engloban todas las demás creencias baháís. Dicho en términos teológicos, la unidad se hace patente en la existencia de un plan único de Dios para la humanidad.
Junto con estas ideas se encuentra esa otra según la cual la persona es un ser esencialmente espiritual. Aunque los seres humanos posean un cuerpo físico, lo que mejor los identifica como tales personas es el alma invisible, racional y sempiterna.
Bahá'u'lláh enseña que la humanidad, en cuanto existencia colectiva, ha entrado hoy día en su etapa de madurez. Al igual que sucede cuando un adolescente llega a la madurez, nuevas posibilidades de autorrealización se abren. Empresas de alcance mundial antes desechadas por imposibles son ahora realizables, como por ejemplo: la consecución de la paz mundial, el logro de la justicia social a escala universal, la implantación de una tecnología equilibrada, el crecimiento, la plasmación de los valores humanos y la protección del entorno natural.
"" Texto tomado de Los Bahá'ís, publicación de la Comunidad Internacional Bahá'í "
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